¡Un veterinario por favor, a mi perro se le ha clavado algo en el cuello! Hace unos días que carraspea y después vomita una flema blanca… Cada día está peor…
Ojo, no siempre todo es lo que parece. En los perros, el centro cerebral del vómito está localizado muy cerca al de la tos y a veces cuando tienen una irritación en el tracto respiratorio y tosen puede provocarles algo similar a un vómito, normalmente en forma de flema blanca. Tal vez deberías preguntarte ¿Ha estado con otros perros recientemente? ¿Está al día con sus vacunaciones?
La tos de las perreras o complejo respiratorio infeccioso canino (CRIC) es una enfermedad frecuente que engloba a diversos virus y bacterias como la parainfluenza, moquillo, adenovirus tipo 2, influenza, coronavirus respiratorio, Bordetella Bronchiseptica, Mycoplasma spp, etc. Tos, carraspera, estornudos, secreción nasal y cansancio son algunos de los síntomas. En la mayoría de ocasiones son leves y autolimitantes, es decir, con unos días cuidando de tu mascota en casa desaparecerán solos. ¿Cuidarles en casa, pero cómo? Hay ciertas cosas que podemos hacer para ayudar a aliviar los síntomas; Dejarles entrar en el baño cuando nos duchemos para que respiren el vapor, darles comida blanda y templada que no les rasque en la garganta, cambiar el collar por un arnés, salir a pasear durante las horas que haga menos frío, ciertos aceites esenciales, alimentos que estimulen su sistema inmune y sobre todo muchos mimos y mucho amor. Los virus, como hemos experimentado de primera mano durante la pandemia, no se curan, se superan.
Es importante que si tu perro tiene cualquiera de estos síntomas, no tenga contacto con otros perros para evitar el contagio. Y aún más importante es prevenir que esto suceda. ¿Cómo? Muy fácil, vacunándoles adecuadamente. Las vacunas actualmente disponibles en el mercado ni evitan que el animal contraiga la enfermedad ni cubren contra todos los virus y bacterias, pero lo que si que van a hacer es aliviar en gran medida los síntomas y reducir la excreción del virus, evitando su propagación. De aquí la gran importancia que tiene vacunarles.
Sobretodo no utilices la excusa de que tu perro no va a perreras para no vacunarle. Si que es cierto que sitios de gran densidad de perros tienen mayor riesgo, pero esta enfermedad se transmite por el aire y puede haber portadores asintomáticos. Si tu perro tiene contacto con otros perros (no hace falta que estén enfermos) o simplemente se huele con cualquiera que pase por la calle (se honesto, la mayoría) puede contraer la enfermedad. Así que no hay excusas ¡A vacunar!
Si tu animal sufre problemas respiratorios crónicos, enfermedad cardíaca, está inmunodeprimido o simplemente no está bien vacunado se encuentra en el grupo de riesgo y tendréis que ir con especial cuidado ya que los cuadros leves pueden agravarse.
Y si deja de comer o está muy deprimido, acude a tu veterinario.
Si tienes dudas o quieres saber más sobre cómo manejar la enfermedad, estamos al otro lado de tu pantalla para cuando tu y tu perro lo necesitéis.
Pd: Si acababas de darle un hueso o volvíais de la playa y le cuelga un hilo de la boca puede que sí tenga algo clavado en el cuello y tengáis que correr al veterinario 😉.
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